Dieta sana para las personas mayores

Dieta sana – Se sabe que una dieta sana es muy importante para mantener una buena salud. Con los años, esta importancia se va acrecentando, por lo que su impacto en la salud aumenta.  Para las personas mayores, el riesgo de malnutrición es mayor que en el resto de la población.

No importa que haya patologías previas para este aumento del riesgo, es inherente a la edad, por lo que también puede darse en personas sanas. Es debido a que el organismo cambia con los años. Sentidos como el gusto pierden sus facultades e incluso algunas dolencias pueden hacer que la persona no quiera alimentarse igual que hacía antes. Por tanto, hay que vigilar muy de cerca la nutrición. Además, es recomendable realizar ejercicio, para poder compensar las ingestas calóricas, además de todos los demás beneficios que aporta el deporte.

Dieta sana para las personas mayores

¿Qué se recomiendo en cuanto a nutrición para una persona mayor? – Dieta sana

Lo más importante es llevar una dieta variada para ingerir todos los nutrientes necesarios. Eso sí, reduciendo el consumo de embutidos y carnes rojas. En cambio, es bueno tomar alimentos ricos en ácidos grasos omega-6 y omega-3 (los pescados azules son una gran fuente de este tipo de grasas). Los lácteos también son muy recomendables, pues proporcionan una aportación de calcio abundante.

Para que este calcio sea absorbido, además del fósforo, es necesaria la vitamina D. De esta manera, ayudaremos a fortalecer los huesos, algo muy necesario ya que tienden a perder calcio a estas edades. Es decir, conviene tomar el Sol entre diez y quince minutos al día. Si no es posible, alimentos como la mantequilla o los aceites de pescado también la proporcionan.

La fruta es otra fuente de nutrientes muy positiva, por lo que su consumo es recomendable que sea abundante. Junto con ella, las verduras, hortalizas, legumbres y cereales completan la dieta variada. Las vitaminas que aportan ayudan a mantener el cuerpo sano, y la fibra evita el estreñimiento y ayuda a mantener la movilidad del intestino, por lo que se nota mucho en las digestiones.

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Cómo ejercitar la mente en la jubilación

Ejercitar la mente – La jubilación es una etapa de la vida en la que se tiene más tiempo disponible. Ello lleva en muchas ocasiones a un cierto relajamiento mental. Al no tener que estar preocupados por los problemas laborales, nuestro cerebro descansa. Ahora bien, se trata de un órgano que conviene ejercitar para mantenerlo en buen estado y prevenir enfermedades. De hecho, las personas que han tenido niveles más altos de actividad mental a lo largo de su vida presentan menor riesgo de sufrir enfermedades relacionadas con las capacidades cognitivas.

Relajarse no es malo. De hecho, es algo recomendable. Sin embargo, un exceso de relajación continuado en el tiempo, al igual que ocurre con el resto del cuerpo, lleva a que pierda capacidades. Dicho de otra manera: es necesario darle uso a la cabeza para que se mantenga en forma.

Cómo ejercitar la mente en la jubilación

¿Qué hacer para mantener activa la mente? – Ejercitar la mente

Sin embargo, es posible ejercitar la mente en la jubilación con prácticas del día a día. Esto tiene la ventaja de que, una vez que se conviertan en rutinas, no costará esfuerzo ponerse. Por ejemplo, la lectura es muy beneficiosa. Un libro nos hace utilizar la memoria. Además, leer prensa también es muy buena idea. De esta manera, estaremos manejando conceptos más o menos complicados y exigiendo a la mente que se active.

Otra forma de mantener el cerebro activo es viajar. Esto no implica obligatoriamente realizar viajes largos, sino ver ciudades que pueden ser cercanas, visitar museos, realizar rutas turísticas, etcétera. De esa forma recibiremos estímulos que no son los comunes y obligaremos al cerebro a trabajar.

Los juegos de mesa son otra buena idea para mantener la cabeza activa. Tanto el dominó, las cartas o cualquier otro juego de mesa nos hará tener que tomar decisiones. Además, deberemos recordar qué hacen el resto de jugadores. A la vez, sirven para socializar, lo cual es muy beneficioso para la salud mental.

En resumen, es necesario mantener la mente activa para que no pierda facultades. Esto no implica dedicar equis horas a ejercitarla, sino que se puede hacer de una manera natural incluyendo rutinas en nuestro día a día.

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Ideas sencillas para ejercitarse en la tercera edad

Ejercitarse en la tercera edad – Una de las cosas más recomendables para mantener la salud en la tercera edad es la realización de ejercicio físico. La Organización Mundial de la Salud recomienda realizar al menos 150 minutos semanales de actividades moderadas o 75 minutos de actividades más vigorosas. Sin embargo, según la propia OMS, lo aconsejable es el doble: 300 minutos de actividad moderada o 150 de la más vigorosa.

Además, es muy bueno practicar también ejercicios enfocados a mejorar el equilibro. De esta manera, también se trabaja la prevención de caídas. Conviene, también, centrarse en los principales grupos musculares un par de días a la semana como mínimo. Si bien cualquier tipo de deporte es apropiado mientras se den las condiciones necesarias, hay unos más recomendables que otros. Bien porque su impacto sea menor, bien porque tengan otros beneficios asociados además de la mejora física.

Ideas sencillas para ejercitarse en la tercera edad

Ejercitarse en la tercera edad – Algunos de los ejercicios más recomendables:

Natación: Tiene un riesgo de lesiones más bajo que otros. Ejercita grandes grupos musculares y además es muy beneficiosa para la espalda. Suele ser uno de los más recomendados.

Ciclismo: Es ideal para mejorar la musculatura y el riego sanguíneo. Además, fortalece ligamentos, tendones y huesos, por lo que es bueno para evitar la artrosis. Además, al ser una actividad que normalmente se realiza al aire libre, permite relajarse viendo paisajes.

Caminar: Muchas personas no consideran caminar como una actividad física, pero esto es una falsa creencia. Se trata de un ejercicio con bajo impacto en las articulaciones, que ayuda a fortalecerlas. Además, ayuda a quemar calorías, mejora el corazón y la capacidad respiratoria.

Estiramientos: Mejoran la flexibilidad y ayudan a evitar su pérdida. Esto es muy importante de cara a mantener una buena movilidad, con los consiguientes beneficios como reducir el riesgo de caídas. Además, es aconsejable comenzar con estiramientos cualquier otra actividad deportiva.

Baile: Ayuda mucho a mejorar la flexibilidad y la coordinación. Además, tiene la ventaja de tener un componente social que beneficia la estabilidad mental.

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Disfrutar la jubilación

La jubilación ocurre cuando una persona deja de ser trabajador en activo y pasa a ser inactivo laboralmente. Es una fase de la vida de todo trabajador en la que deja de tener ingresos por su trabajo, por lo que pasa a recibir una prestación del estado. Esto significa que va a tener mucho más tiempo libre, por lo que se abren muchas posibilidades para disfrutar de la vida.

Por tanto, la jubilación supone un gran cambio en la vida de una persona. Abandona sus rutinas laborales y su rol en la sociedad cambia. A muchos jubilados, el inicio de esta fase puede darles cierto miedo. Es común el temor a tener demasiado tiempo libre, o a que las personas que les rodean dejen de valorar su tiempo. También es muy común intentar hacer de golpe todos los proyectos que se tenían en mente. En ese caso, ocurre justo lo contrario, se da una falta de tiempo y se cae en el estrés.

Disfrutar la jubilación
Disfrutar la Jubilación

¿Qué hacer para disfrutar la jubilación?

Para poder disfrutar de una buena jubilación lo importante es intentar mantener rutinas y realizar actividades de una forma realista. Tiempo se tiene mucho, pero el día solamente nos da 24 horas. Hay que planificarse.

Algo muy importante es realizar vida social. Cuando se trabaja, es normal conocer gente y estar en contacto con personas. Sin embargo, en la jubilación esto requiere cierta iniciativa. Por ello es muy recomendable apuntarse a excursiones, asociaciones, ir a centros en los que realicen actividades, etcétera. Una idea muy buena es practicar actividades deportivas. El deporte es beneficioso en todas las fases de la vida. En esta, lo es más aún. Ayuda a prevenir enfermedades y a mantener estabilidad psicológica. Además, generalmente ayuda a interactuar con otras personas, por lo que resulta muy completo.

En resumen, lo importante para disfrutar de una buena jubilación es no tener miedo a lo que pueda pasar. Supone un cambio muy grande y abre un montón de oportunidades para disfrutar de la vida. Por eso, la clave está en no asustarse y planificar bien el día a día.

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Soledad en la tercera edad

Se entiende por tercera edad o senectud a la etapa que va tras la madurez o adultez. La edad a la que empieza varía en cada persona, ya que la edad cronológica y la edad biológica pueden no coincidir. Es decir, el estado físico de la persona puede corresponder al de una persona más joven o más mayor respecto a los años de vida que tiene. Normalmente, se establece a partir de los 65 años en adelante, aunque esta cifra legal varía dependiendo del país.


Uno de los problemas más comunes que se pueden presentar en esta etapa es el de la soledad. Se trata de un tema preocupante que gana terreno en nuestros días, debido en gran parte a los cambios que ha experimentado nuestra sociedad en las últimas décadas. Si bien hemos experimentado avances muy importantes, también ha habido sombras y esta es una de ellas. No obstante, se trata de un problema que es posible revertir y en el que se está poniendo el foco cada vez más.

Soledad en la tercera edad

Las necesidades emocionales de las personas – Soledad en la tercera edad

Las personas tenemos necesidades emocionales y afectivas. En el caso de las personas mayores, la estima y el reconocimiento son de las más importantes. Necesitan saberse valiosas para el entorno cercano y la sociedad. Sin embargo, con la paulatina pérdida de la familia (o su alejamiento) y de las amistades al final pueden acabar solas.  Esta situación les provoca una tristeza y amargura que puede terminar en depresión y que, en cualquiera de los casos, acaba notándose en la salud física.


Los motivos para que se dé esta situación son muy variados y, por desgracia, también muy comunes. La pérdida de la pareja es uno de los más importantes, pero hay más. Es posible que se produzca un alejamiento de las amistades por el simple hecho de presentar algún grado de dependencia que haga a la persona mayor tener dificultades para verlas. Los miedos e inseguridades típicos de esta etapa son otro factor, así como posibles enfermedades crónicas.


En resumen, los motivos por los que una persona puede sufrir soledad en la tercera edad son variados y actúan en conjunto. No obstante, como sociedad recae el deber de luchar contra esta situación.

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